¿Pan y circo?
¿Realmente se puede separar deporte de política y derechos humanos?
Esa pregunta está dando vueltas y vueltas en mi cabeza. Intento responderla con los mejores argumentos, pero muchos de ellos se contradicen.
Estamos a días de que empiece Beijing 2008 y la agenda mediática no para de hablar de las expectativas que se tienen con los records que puedan quedar en la historia, de los atletas y equipos que van a sobresalir, del entrenamiento de las delegaciones, si el Barcelona deja que Messi juegue, de las espectaculares instalaciones que preparó China para recibir tanto a deportistas como a espectadores. Yo soy una amante de los deportes, pero no puedo entender cómo sólo se habla de esos temas, ignorando en la mayoría de los medios, los problemas políticos y la violación a los derechos humanos que trajeron como consecuencia las olimpiadas de Beijing 2008.
China ha gastado un total de 40 mil millones de dólares en la construcción de estadios, villa olímpica, remodelación de subterráneos y aeropuertos, arreglos florales, etc. Esa cantidad es tres veces más grande de lo que se invirtió en educación en el 2007 y dos veces más grande de lo que se invirtió en salud en el mismo año. Un país que quiere demostrar su supremacía a través de una inauguración olímpica increíble, mientras tapa la pobreza con el color y el encanto de sus ritmos folclóricos.
Desde Atenas 1896, comienzo de de la era moderna de las olimpiadas, “el olimpismo era una filosofía de vida y su objetivo era contribuir a la construcción de un mundo mejor y más pacífico, educando a la juventud a través del deporte practicando sin discriminación de ninguna clase y dentro del espíritu que exige comprensión mutua, amistad, solidaridad y juego limpio” (
http://en.beijing2008.cn/culture/). En el texto original dice es en lugar de era como yo escribí. Yo lo modifiqué literalmente, pero estas olimpiadas lo modificaron desde antes que yo lo escribiera. Realmente es una burla que escriban “el olimpismo intenta construir un mundo mejor”. Un mundo mejor no se construye con atletas a los que se les paga millones de dólares por ganar un torneo, por cambiarse de club o por ir a una olimpiada que desalojó a chinos de sus hogares para darles la mayor comodidad posible a los deportistas millonarios. Cómo podemos hablar, mirar, escuchar y buscar información de quién ganó la medalla de oro en los 100 metros planos, en lugar de hablar, mirar, escuchar y buscar información sobre la gente que se quedó sin su casa, la gente que murió protestando. Por qué no TODOS los atletas no frenaron su hambre de gloria y sus ganas de participar en “un evento tan importante como este”, por qué no dejaron de lado su egoísmo y pelearon por ese intentar construir un mundo mejor, que es el objetivo de las olimpiadas. Puede ser que mis palabras se lean muy poéticamente y que desde mi posición sin poder sea fácil decirlo. Pero qué hubiese pasado si los ídolos de multitudes como los son Kobe Bryant, LeBron James, Federer, Nadal, Messi, Ginobili, etc. hubiesen dicho: No vamos a los juegos porque estamos en desacuerdo con el gobierno chino. O tal vez me pregunto, ¿sabrán qué está pasando? o ¿sólo viven en su burbujita deportiva?
Son muchas cuestiones y pocas las acciones que se realizan más allá de las deportivas. Es un problema de raíz, un problema que empieza a la hora de elegir las sedes olímpicas, en las cuales tienen que establecerse diferentes reglas, que digan que los países organizadores no pueden gastar más de tal presupuesto. Para que construir estadios gigantescos que sólo tendrán semanas de vida. Un ejemplo muy claro, es el del estadio olímpico de Atenas, que ya está en desuso y fue el causante de la “casi” quiebra de la ciudad.
Finalizando, creo que ahora en lugar de ser pan y circo debería llamarse “llama olímpica y circo” porque ya ni pan hay para los desalojados.
Foto:
http://pablo.enlapc.com/wp-content/uploads/2008/01/logo_beijing_2008.jpg